Jorge Julio López falta como padre, como marido, como compañero y también como testigo. Si no hubiera desaparecido un día como ayer pero hace 19 años tendría que haber dado su testimonio en otros juicios que siguieron al que condenó a su verdugo, Miguel Etchecolatz, proceso cuyo veredicto no llegó a ver. Lo que más extraño es cuando venía al taller a tomar mate, eran muy malos pero en realidad eran una excusa, él así se escapaba de... + Leer noticia completa
Notibol es un agregador informático de noticias y no es responsable del contenido de los enlaces a los sitios externos que generan las noticias.
Acerca de Notibol | Contacto | Política de Privacidad | Descargo de Responsabilidad